Escamas Deportivas
Parece que tuviese cierta afección por los números; y aunque estudiarlos y analizarlos, creo que soy muy malo. Me refiero a nombrarlos, a anteponer horas y localizaciones numéricas, simplemente, creo; es la sutileza casi invisible de poner 12:46 en números y ya empezar a reír. Pero hoy no empecé por eso: me puse las medias al revés en un invierno poco tradicional (como si el hecho de ver por fuera esa especie de felpudo que suele abrigar más, me diera la esperanza de pensar que lo mejor estaba dentro), e hice nada, nada. Sólo pensar en porqué los malditos números me empecinan tanto, si soy tan malo. Cómo, estudiando economía, entran a mi mente tan ligeramente y con tantas diligencias, números astronómicos, a veces no tanto, pero entran al fin y al cabo, el ocho, el cinco, y también, el cincuenta y seis. Hay que pensarlo de vez en cuando si hace tanto frío y yo estoy tan enigmático. Hay que pensar que mis escamas fueron hechas para sortear cualquier cosa, incluso los números. Esos que en mi época de primaria hicieron que un ocho me saliera como un tres, y que el tres me saliera como una letra "s". Habría que ver desde mis inicios, no sé, tal vez algún tipo de trauma pre-natal, algún atraco de números en mi niñez, no sé, cualquier cosa. La comprobación de la hipótesis llamaría al escándalo (como siempre) y creo que más bien, sí, creo que sí: soy un camaleón. Además, hoy tengo clase de matemática.
Guardado en: Ombliguismo
Comentarios