Soda Field

Tú me contaste que llegaste a ver Cusco desde el avión, y yo te dije no no tú estás loca. Después bebiste un poco del café que te preparé con mis propias manos y quedaste con las manos atadas como dos circuitos. Y me dijiste yo no estoy loca. Yo te dije que no no no lo estás, pero igual me gustaba tu mirada azul de cíclope rabioso. Hiciste un gesto desaprobador pero te siguió dando igual y empezaste a silbar una canción de Sonic Youth, mientras la próxima taza de café expresso calentaba en el microondas. Mirábamos como góndolas la habitación cerrada, en una mesa de madera crujiente con termitas y sillas sonoras, y te decía que no que no que no. Después me hablaste de tus tías, las de la playa pero yo ya estaba flotando como un número 3 y quisiste cambiar de conversación, pero tus tías ay tus tías eran siempre las mismas: la del peinado alto y la de los lentes violetas; ellas reunían a sus amigos, bebían un poco de daiquiri de piña y hablaban de actualidad. Qué novedad. Y ebrias, inéditamente ebrias, salían a la playa y la soltera no encontraba mejor opción que enamorarse siempre del mismo hombre de la camisa hawaiana.

Guardado en: Ombliguismo

Comentarios

Anónimo dijo…
el 3 es por el 8 y l 5 no? ah y esto me parece haberlo vivido contigo despues q lo has imaginado
Anónimo dijo…
escribe algo sobre gatos extraño lo q escribes

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