La Musicoterapia. ¿Puede curar?

Es probable, pero esto es sólo en el caso de las enfermedades de origen psicológico, más no las de tipo biológico. Es cierto que la música puede hacernos relajar, hacernos entrar en algún éxtasis y por ende resulte muy placentera, pero hasta la fecha no se ha sabido de casos en que la música haya logrado sanar a un enfermo de cáncer o sida (es decir, no hay evidencia que la apoye).

Al parecer la musicoterapia no toma en cuenta a pacientes con «amusia sensorial». Tampoco toma en cuenta que la música es un arte, y que como todo arte, es enteramente subjetiva y por lo tanto no puede ser considerada por la ciencia, ya que la ciencia se basa en lo que es objetivo.

No cuestiono el valor terapéutico de la musicoterapia en la rehabilitación de ciertos males, atendiendo a su carácter de relajación (en muchos sentidos), pero me parece muy cuestionable que se haga de la música un milagro y se pretenda que tiene propiedades curativas capaces de sanar dolencias biológicas. No ha faltado en la televisión mexicana la aparición de pretendidos musicoterapeutas que recomiendan la Sinfonía #9 en mi menor “Del Nuevo Mundo” op. 95 para obtener energía cuando se está cansado, o cosas por el estilo. En lo particular (reitero) creo que el poder de la música para relajar física y mentalmente a una persona radica en variables tales como el volumen de audición, moderación rítmica e inclusive instrumentos empleados, que como bien se puede observar, son variables más culturales (subjetivas) que científicas.

Sería agradable que por el hecho de que la gente cree en todas las técnicas de curación milagrosas, escucharan más música como la de Dvorák , Beethoven, Rachmaninoff, y que al mismo tiempo que cree curarse cultivara su gusto por esta música, pero esto también parecería otro milagro.

Tomado de Tumbaburros Blog
Guardado en: Zeta y Otros Postres

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